Durante su estadía, los representantes del organismo regional -cuyo papel en procesos electorales es cuestionado a nivel internacional- se reunirán con miembros del Gobierno ecuatoriano, autoridades electorales, candidatos políticos, académicos, entre otros.
Según informó la OEA, el día del sufragio la Misión estará presente en 20 provincias, donde observará el desarrollo de la jornada, desde la apertura de los centros de votación hasta la transmisión de los resultados.
La Misión la integran 81 expertos de más de 20 países, quienes analizarán temas como la organización electoral y el voto telemático, tecnología, financiamiento político, participación de las mujeres y de los pueblos indígenas y afrodescendientes, así como violencia político-electoral.
Ese último tema ha marcado el actual proceso luego de las muertes violentas de varios candidatos y funcionarios, entre ellos el asesinato aspirante a la jefatura del Ejecutivo Fernando Villavicencio.
En total habrá más de dos mil 500 observadores nacionales e internacionales en los sufragios del próximo domingo, que tendrán lugar en medio de la mayor ola de inseguridad en la historia del país.
Si bien las organizaciones políticas y de la sociedad civil aprueban la presencia de vigilantes de las elecciones, la presencia de la OEA es preocupante para algunos, sobre todo por su participación en el golpe de estado en Bolivia tras los comicios presidenciales de 2019.
Más de 13,4 millones de ecuatorianos están convocados el 20 de agosto a las urnas para elegir al sucesor de Guillermo Lasso y también para renovar la Asamblea Nacional (parlamento).
Simultáneamente, se deberán pronunciar en un plebiscito que propone detener la extracción de petróleo en el amazónico Parque Nacional Yasuní, y los residentes en el municipio de Quito, deberán decidir sobre la prohibición minera en el Chocó Andino, reserva de la biosfera en el noroccidente de la capital.
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