La víspera, el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, en una comparecencia en televisión aseguró que siete mil personas fueron liberadas durante el régimen, un 10 por ciento de un aproximado de poco más de 70 mil apresados por su presunta pertenencia a las pandillas.
La cifra, sin embargo, se queda corta, pues organizaciones de derechos humanos sostienen que el número de inocentes que no tienen vínculos con los grupos terroristas es de cerca de 20 mil.
Desde hace varios meses organizaciones sociales y familiares con parientes apresados por la Fuerza Armada o por la Policía Nacional Civil (PNC) sostienen que hay un gran número de detenciones arbitrarias.
“A la fecha, son un poco más de 7,000 los que han sido liberados de estos más de 72,000 apresados. Quiere decir que el sistema de justicia están funcionando”, aseguró el funcionario sin explicar cuál es el proceso que se siguió para definir su libertad.
En estos números también deben incidir los juicios colectivos en los cuales partidas de 900 personas son procesadas y es muy probable que algunos inocentes sean condenados por delitos no cometidos.
Denuncias de grupos como el Movimiento de Víctimas del Régimen (Movir) sostienen que el proceso de liberación no es transparente y que los datos de las autoridades confirman que existen capturas arbitrarias.
La víspera la publicación alemana Deutsche Welle aseguró que hay “muchos inocentes en las cárceles”.
Hay un 15-20 por ciento que no son pandilleros. Y ahora están encarcelados, pese a ser completamente inocentes, en prisiones especiales para maras, bajo condiciones de lo más crueles, apuntó la publicación.
En una población de seis millones, casi uno de cada diez está directamente afectados. «Esto nunca ha funcionado bien a largo plazo. No se puede encerrar a toda una generación, alertó la profesora Sabine Kurtenbach, del Instituto GIGA de Estudios Latinos en Hamburgo.
¿Qué viene después? Eso no es sostenible. Puede ser supuestamente seguro al principio, pero el contragolpe que viene después puede ser mucho peor», advirtió la académica.
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