El aumento, ampliamente rechazado, es consistente con el Decreto Ejecutivo firmado por el anterior presidente de la República Lenín Moreno que estableció bandas para los valores de la gasolina y el diésel, con carácter mensual.
Según lo establecido por la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales No Renovables, el galón de la gasolina extra o ecopaís se elevó de 1,99 a 2,09 dólares, mientras que el diésel, utilizado en el sector automotriz, subió de 1,48 a 1,52.
En el caso de la gasolina súper, el valor sugerido es de 3,07 dólares.
La disposición es de aplicación inmediata y de obligatorio cumplimiento en todas las estaciones de servicio del país.
El auge mensual en los precios de los derivados del petróleo genera descontento en la población y en los últimos meses ha sido tema de sucesivas protestas, protagonizadas por gremios de transportistas.
El decreto ejecutivo vigente fue aprobado tras meses de un paro nacional, efectuado en octubre de 2019, contra la primera regulación que estipuló el alza, la cual fue derogada, pero solo temporalmente.
Las nuevas tarifas entraron en vigor en medio de la organización de mesas de diálogo entre el ejecutivo, liderado por el mandatario, Guillermo Lasso, y líderes de gremios transportistas.
El intercambio busca analizar la posible focalización del subsidio a los combustibles e igualmente atender otras demandas del sector como la incorporación de sus miembros al esquema de vacunación contra la Covid-19, que lleva a cabo la administración nacional de este país andino.
El alza en los hidrocarburos es considerado un paquetazo neoliberal, sobre todo teniendo en cuenta que el aumento está centrado en los productos utilizados por la mayoría trabajadora de la población y el transporte público y de carga.
Asimismo, quienes se oponen a la medida sostienen que implica perjuicio en otros órdenes de la vida cotidiana, pues trae consigo el incremento en los precios de productos de la canasta básica y primera necesidad.
En esa misma línea, trabajadores del transporte público en varias ciudades afirman que es insostenible mantener el servicio cuando no pueden costear con las tarifas de los pasajes el pago del combustible y el mantenimiento e higienización de las unidades.
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