La Covid-19 dilató el comienzo del torneo de 24 equipos, con la inédita cifra de 11 ciudades designadas para acoger en idéntica cantidad de países 51 partidos entre el 11 de junio y el 11 de julio, con el icónico estadio londinense Wembley como sede de la final.
Como siempre ocurre en el mundo del deporte, abundan los comentarios sobre los favoritos a conquistar la corona y los jugadores llamados a brillar en la cancha, en un certamen marcado por las medidas sanitarias y una única instalación con el ciento por ciento de sus butacas listas para recibir a los aficionados, al menos en los primeros compases de la liza, la Puskas Arena de Budapest.
Si de aspirantes se trata, la primera en venir a la mente es Francia, actual campeona del mundo, subtitular de la Euro-2016 y una de las escuadras semifinalistas de la Liga de las Naciones de la Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA) en su segunda edición.
Pero no es el palmarés lo que pone a Les Bleus del técnico Didier Deschamps en boca de todos, y sí su galáctico tridente ofensivo a base de Kylian Mbappé, Antoine Griezmann y Karim Benzema –de regreso tras cinco años de ausencia con la selección-, apoyados por un mediocampo con N’Golo Kanté y Paul Pogba, y defensas de la talla de Raphael Varane, Benjamin Pavard y Lucas Hernández.
Francia llega al torneo con un gran incentivo, además de pretender reinar en el mundo y en Europa al mismo tiempo, y es conseguir su tercer título en el evento -que celebra con un año de retraso sus seis décadas-, victoria que igualaría las conquistas de Alemania y España.
A propósito de teutones e ibéricos, si bien engrosan la lista de contendientes a considerar, la juventud y la renovación en sus filas parecen relegarlos en los pronósticos; después de todo, el fútbol dejó de ser el deporte calificado de simple por Gary Lineker, en el que ‘juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania’, aunque Joachim Löw añore despedirse de la Mannschaft por la puerta grande.
áRespeto!, eso exigen los partidarios de Portugal y del veterano astro Cristiano Ronaldo, en definitiva, los lusos son los campeones vigentes de la Eurocopa y recursos poseen de sobra para tenerlos en cuenta, con CR7 acompañado por João Félix, Bernardo Silva, Diogo Jota, Danilo Pereira y Bruno Fernandes.
También Bélgica e Inglaterra merecen atención y tienen posibilidades de coronarse, ambas semifinalistas del mundial de Rusia-2018, en una relación en la que no debería descartarse a la joven pero ambiciosa Italia, entrenada por Roberto Mancini, ni a la selección de Países Bajos, liderada por el experimentado atacante Memphis Depay.
Los diablos rojos belgas son los primeros en el ranking de la FIFA y representan en el papel el equipo más temido después de Francia, sin embargo, llegan a la Euro como un verdadero dolor de cabeza para el técnico Roberto Martínez.
El estelar volante ofensivo del Manchester City Kevin De Bruyne viene de una lesión en la final de la Champions y el alicaído Eden Hazard es toda una incógnita; tal vez demasiada presión para futbolistas como el goleador Romelu Lukaku y el arquero Thibaut Courtois, entre los mejores del planeta en sus posiciones.
En cuanto a las figuras de la Eurocopa-2020, los especialistas invitan a seguir de cerca al fenómeno Mbappé, al belga De Bruyne, pese a las dudas en torno a su salud, al inglés Harry Kane, al polaco Robert Lewandowski y al neerlandés Frenkie De Jong, aunque la lista de estelares es larga y la cancha dirá la última palabra.
Respecto a las ausencias destacadas, encabezan las opiniones el prodigio Erling Haaland, ya que Noruega no clasificó para el torneo, y los ilustres veteranos Zlatan Ibrahimovic (Suecia), por lesión, y Sergio Ramos (España), marginado por el seleccionador Luis Enrique.
(Tomado del DEPORTIVO, suplemento mensual del periódico ORBE)