Por primera vez, el motivo de esos árboles reúne 40 obras del creador neerlandés en el Museo Metropolitano (MET) de Nueva York para reparar en este símbolo a partir de piezas tan icónicas como Campo de trigo con cipreses o El puente de Langlois.
Entre otros valores, la muestra permite apreciar con otra mirada la famosísima Noche estrellada, un préstamo excepcional del neoyorquino Museo de Arte Moderno (MoMA) que el Metropolitan consiguió.
A juicio de Max Hollein, director del MET, aunque el cuadro solo viajó unas pocas manzanas, su inclusión convierte el proyecto en “un sueño hecho realidad” y en una verdadera “exposición histórica”.
De acuerdo con el catálogo de la muestra, la presentación ofrece una perspectiva sin precedentes sobre un motivo sinónimo del poder de expresión ferozmente original del artista.
Las 40 creaciones exponen el alcance de la fascinación de Van Gogh por esos árboles similares a las llamas a medida que despertaron, alimentaron y atizaron su imaginación en el transcurso de dos años en el sur de Francia: desde el avistamiento inicial de los cipreses “altos y oscuros” en Arles hasta la realización de todo el potencial evocador que tuvo en el asilo de Saint-Rémy.
En total, 30 piezas de colecciones públicas y privadas fueron cedidas para este compendio, que incluye cartas originales con ilustraciones o bocetos de las mismas obras.
Precisamente, los documentos constituyen otro de los atractivos de la muestra, pues rara vez se habían expuesto alos visitantes y aportan un ambienteenriquecedor.
Considerado por varios expertos como un emblema de la carrera del pintor, el verde de los cipreses sugiere una oportunidad extraordinaria para apreciar hasta finales de agosto, de forma presencial o virtual, algunas de las obras más célebres de Van Gogh en un contexto revelador de su creación.
(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de Orbe)