Hace seis décadas el entonces presidente John F. Kennedy (1961-1963) sostuvo un encuentro en la Casa Blanca con el reverendo afroamericano antes de esa primera gran demostración popular realizada por el trabajo y libertad.
Fue aquel 28 de agosto de 1963 cuando el líder de los derechos civiles -asesinado el 4 de abril de 1968- pronunció su famoso discurso «I have a dream» (tengo un sueño).
Después de la reunión con los familiares de King, en la que también asistirá la vicepresidenta Kamala Harris, Biden tiene previsto intervenir esta tarde en una recepción en la mansión ejecutiva para conmemorar también los 60 años de la fundación del Comité de Abogados para los Derechos Civiles, creado por iniciativa de Kennedy.
La Marcha en Washington de 1963 trascendió como un hito en la lucha social en Estados Unidos que presionó para la aprobación en el Congreso de la Ley de los Derechos Civiles, en 1964, que prohibía la discriminación y segregación racial, y un año después, en 1965, la Ley del Derecho al Voto.
Pero el sábado miles de personas se congregaron aquí frente al monumento erigido en honor al presidente Abraham Lincoln (1861-1865), desde donde Martin Luther King Jr. habló, y advirtieron que esos avances corren peligro.
Estados Unidos experimenta un proceso regresivo en materia del derecho al voto, al aborto y de las comunidades de la diversidad sexual.
En varios estados controlados por republicanos se impulsan iniciativas para restringir el voto de afroamericanos; la Corte Suprema en su fallo de junio de 2022 derogó una sentencia de ese mismo tribunal que protegía el derecho al aborto desde 1973 y hay una cruzada contra las comunidades de la diversidad sexual especialmente en territorios conservadores.
Por otra parte, un reciente análisis determinó que continúa la desigualdad económica y política que enfrentan los negros en Estados Unidos.
Hace seis décadas atrás, King alertó que “cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaración de Independencia, estaban firmando un pagaré del que todo estadounidense sería heredero”.
Esta nota era una promesa de que a todos los hombres, tanto a negros como a blancos, se les garantizarían los derechos inalienables a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, recalcó King.
“Hoy es obvio que Estados Unidos ha incumplido este pagaré en lo que respecta a sus ciudadanos de color. En lugar de cumplir con esta obligación sagrada, Estados Unidos le ha dado al pueblo negro un cheque sin fondos”, apuntó.
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