Fue en 2004 que la región contó por última vez con un representante en lo más alto del podio, en un certamen parisino en el cual el single masculino tuvo un duelo argentino por la corona, dominado por el especialista en la superficie de polvo de ladrillo Gastón Gaudio, mejor que Guillermo Coria en una espectacular remontada.
Al año siguiente, Mariano Puerta cayó en el partido decisivo en la Ciudad de la Luz ante el español Rafael Nadal, quien comenzó en 2005 su dominio en el Garros, aunque en la actual versión no pudo conquistar su decimocuarto lauro, al ceder en semifinales frente a la primera raqueta mundial y a la postre campeón, el serbio Novak Djokovic.
Por tanto, América Latina acumula 16 campañas sin un finalista en el sector masculino, que tiene al también argentino Diego Schwartzman como el jugador mejor ubicado, en el puesto 10 del ranking de la ATP.
El ‘Peque’ fue precisamente el único latinoamericano en avanzar a los cuartos de final, instancia en la que dio pelea contra Nadal, antes de caer fulminado por un 6-0 en el cuarto set.
En el 120 Roland Garros, otros dos tenistas de la región alcanzaron los octavos de final, el chileno Christian Garín (puesto 22) y el argentino Federico Delbonis (51), dominados respectivamente por el ruso Daniil Medvédev, segundo clasificado, y el español Alejandro Davidovich Fokina.
La realidad es dura, ya que en un mundo del llamado deporte blanco ‘controlado’ por Djokovic y Nadal, y con estrellas hambrientas de título de la talla de Medvédev, el griego Stefanos Tsitsipas, el austriaco Dominic Thiem y el alemán Alexander Zverev, el escenario parece a corto plazo poco halagüeño para América Latina.
Atrás quedaron los años de gloria ofrecidos por el brasileño Gustavo Kuerten, capaz de conquistar tres coronas (1997, 2000 y 2001) del Grand Slam de París en cinco años.
Peor, mucho peor, es el panorama entre las féminas, porque América Latina nunca ha tenido una monarca en singles del Roland Garros.
La brasileña Maria Bueno en 1964 y la mexicana Yolanda Ramírez, en 1960 y 1961, fueron las últimas y las únicas latinoamericanas en una final de la cátedra de la tierra batida.
En el Roland Garros cerrado hoy de manera magistral por Djokovic en un partidazo contra Tsitsipas, solo dos tenistas de la región arrancaron en el torneo el 31 de mayo, la argentina Nadia Podoroska y la colombiana María Camila Osorio, y ambas cedieron en la misma primera ronda.
Podoroska, de 24 años, es la mejor clasificada latinoamericana en el ranking de la WTA, en el lugar 42, mientras Osorio ancla en el 98, las únicas en el Top 100 de la región, que hasta hace unos años tenía como su principal esperanza a la malograda puertorriqueña Mónica Puig, campeona olímpica de Río de Janerior-2016.
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