Las desavenencias, entre otras, están en que Washington respalda a los combatientes kurdos en Siria, un elemento que los turcos estiman afecta su seguridad nacional, y Turquía se apartó de las presiones estadounidenses y compró el sistema de defensa ruso S-400 a lo que se opuso la Casa Blanca.
Los primeros componentes de los misiles de defensa aérea S-400 de Turquía llegaron desde Rusia a Ankara en julio de 2019, lo que tensó las relaciones entre ambos países miembros de la OTAN.
El encuentro está separado por escasas horas del que sostendrá el mandatario estadounidense con su par ruso Vladimir Putin este miércoles en Ginebra, Suiza.
La mayoría de los temas que figurarán en la reunión están relacionados con Rusia, e incluso algunas cuestiones entre Washington y Ankara no conciernen directamente a Moscú, pero afectan a sus intereses vitales.
Según expertos la importancia de Turquía como ‘estado oscilante’ en la estrategia regional de Estados Unidos aumentó de forma espectacular, incluso cuando las tensiones entre la Casa Blanca y el Kremlin subieron en los últimos meses.
Cuando inicio su viaje de ocho días por Europa, Biden prometió restaurar las maltrechas relaciones con sus aliados luego de una etapa crítica durante el gobierno de Donald Trump.
Se espera que gestionar las diferencias y reavivar la asociación sea el centro de las pláticas entre los dos gobernantes
Además de la cuestión kurda, el intento fallido de golpe de Estado en 2016 para derrocar a Erdogan supuso un golpe duro para la relación turco-estadounidense, ya que el mandatario estima la mano de Washington estuvo en la componenda.
En el plano geopolítico a Estados Unidos le molesta la política exterior independiente de Erdogan en los últimos años, pero la cuestión que incrementó las diferencias fue el sistema de misiles ruso S-400, que los estadounidenses quieren controlar en la base aérea de Incirlik, en el sur de Turquía.
Si llegan a un acuerdo, es previsible que Ankara vuelva a desempeñar su papel habitual de la época de la Guerra Fría como vanguardia de las estrategias occidentales contra Rusia.
Analistas estiman, además, que Turquía es potencialmente el mejor socio regional en los esfuerzos de Estados Unidos por contener a Rusia e Irán.
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