Manifestó que si los mandatarios no alcanzan acuerdos en la cumbre, al menos se llegarán a entendimientos. ‘Esto incidirá en el desarrollo futuro de las relaciones que ahora están en un punto muerto’, por lo que ‘algo habrá que hacer’, advirtió.
Reiteró que el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo estadounidense, Joseph Biden, discutirán los temas que le preocupan tanto a Moscú como a Washington, incluidos los asuntos bilaterales no resueltos, la estabilidad estratégica y los conflictos regionales.
Citó también los problemas de seguridad de la información, la lucha contra el ciberdelito, además de cuestiones de cooperación económica, de enfrentamiento al cambio climático, a la Covid-19 y el Ártico.
El asistente presidencial aclaró que se supone que estos temas sean las prioridades de la cumbre, pero que se analizarán también los conflictos regionales. En tal sentido mencionó Oriente Medio, Siria, Libia, la situación en torno al programa nuclear iraní, Afganistán, la península de Corea, Nagorno-Karabaj y Ucrania.
Ushakov señaló que los presidentes pueden, a su discreción, tocar otras áreas que no fueron acordadas de antemano y no están indicadas en la agenda.
Llamó la atención sobre la importancia de los temas regionales, ya que ‘las crisis se están multiplicando y agravando’, expresión.
En su opinión, las partes realizaron un ‘trabajo minucioso’ en la preparación de la agenda de la cumbre. ‘Naturalmente, hubo algunos desacuerdos, inconsistencias, pero luego llegamos rápidamente a un entendimiento común del formato y los temas a discutir’, aclaró.
Sobre los resultados de la cumbre, Ushakov manifestó no estar ‘seguro de que se llegue a ningún acuerdo. Veamos, no sé. Miro esta reunión con optimismo práctico, pero no mucho’, comentó el representante del Kremlin.
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