Esa Presidencia, que ostentará hasta inicios de 2024, implica para Cuba haber asumido una gran responsabilidad, se trata de coordinar, de concertar y de lograr una posición común de un grupo tan diverso, expresó Fernández de Cossío en entrevista concedida a Prensa Latina en esta capital.
El vicecanciller, quien visitó Washington DC previo a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, comentó que ha sido una tarea compleja, pero Cuba la asumió “con rigor y con seriedad y creemos que con cierto éxito en la capacidad no solo de buscar el consenso del grupo, sino de representarlo fielmente en las negociaciones con otras agrupaciones de países dentro de las Naciones Unidas”.
Recordó que “el G77 son 134 países, es la mayoría de los Estados miembros de las Naciones Unidas y representan más del 75 por ciento de la población mundial, de modo que es una obligación difícil de cumplir, pero que nosotros hacemos con responsabilidad y con lealtad al grupo”.
La Cumbre del G77 y China que tendrá lugar los días 15 y 16 de septiembre en la capital cubana “forma parte de ese compromiso -dijo- y se decidió enfocarla fundamentalmente al papel de la ciencia, la tecnología y la innovación”.
El tema se escogió “por varios factores: por la propia experiencia de Cuba sobre el papel que la ciencia y la tecnología han tenido en sortear los problemas económicos de nuestro país y en tratar de impulsar el desarrollo, la estabilidad económica y el bienestar de la población”, añadió.
Además -afirmó el viceministro- porque estamos enteramente convencidos de que la ciencia y la tecnología pueden ayudar al salto al desarrollo que merecen las antiguas colonias, las antiguas neocolonias que han sido históricamente explotadas y “que son las víctimas de un orden económico internacional injusto, anacrónico e insostenible”.
Enfatizó también acerca de la certeza de que se requiere la unidad y voz concertada del grupo para lograr que se derriben las barreras que existen en la actualidad en cuanto a la transferencia de tecnología, el financiamiento del desarrollo de la ciencia y las barreras para el conocimiento.
Constituye un derecho humano adquirir conocimiento y enseñanza, y con ese convencimiento es que se estará celebrando esta cumbre en La Habana, puntualizó Fernández de Cossío.
A una pregunta sobre el próximo segmento de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, el vicecanciller señaló que se representará con fuerza, como siempre, “las posiciones de Cuba con respecto a nuestro país, con respecto al problema fundamental de política exterior que tenemos, que es el conflicto que nos impone el Gobierno de los Estados Unidos”.
Confirmó la asistencia a Nueva York de una delegación de alto nivel a ese segmento, donde además se expresará “nuestra solidaridad, nuestra cooperación con el resto de las naciones en desarrollo, nuestra visión sobre los problemas del mundo”.
En esta ocasión además de representar los puntos de vista y las posiciones de Cuba, vamos con la obligación de representar y defender las posiciones del G77 y China, detalló.
Evidentemente -argumentó el vicecanciller- hablaremos de los problemas que más daño le provocan a la población cubana como el bloqueo económico de los Estados Unidos y cómo este se ha reforzado en los últimos años.
Advirtió en ese sentido que “no existe la más mínima señal, el más mínimo indicio de que el actual Gobierno de los Estados Unidos se propone modificar una política que estableció su predecesor y que se concibió para deprimir el nivel de vida de la población cubana, para causarle daño al ciudadano común y para impedir la estabilidad y el desarrollo de la economía cubana”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acaba de prorrogar por un año más el uso de sus prerrogativas en la implementación del bloqueo a Cuba, lo cual está mandatado por una ley de 1917 (Ley de Comercio con el Enemigo) aprobado en el contexto de la Primera Guerra Mundial.
Sobre ello explicó que esa “es una ley absolutamente caduca y que solo es vigente dentro del sistema legislativo de Estados Unidos para aplicarla contra Cuba”, en virtud de la cual el mandatario cuenta con autoridad para ejercer las políticas del bloqueo.
En cuanto a la designación de su país en la arbitraria lista de Estados patrocinadores del terrorismo, según el trasero de Washington, el viceministro resaltó la existencia de un clamor universal para que tal medida sea eliminada.
Es un sentimiento que hay en “toda la América Latina y el Caribe, de los países africanos, de la Unión Europea, de muchos gobernantes directa, explícitamente y de forma reiterada” para que Cuba sea eliminada de esa lista, dijo Fernández de Cossío.
También “sabemos que hay un clamor de miembros del Congreso de Estados Unidos, de diversas comunidades y poblaciones dentro de este país, así como de abogados, de gremios de negocios”, a favor de dejar sin efecto esa designación.
Sin embargo, “no conocemos ningún indicio de parte del Gobierno de los Estados Unidos de que vaya a escuchar ese clamor tan universal y tan llamativo, y que vaya a modificar una política que conoce que es incorrecta e injusta”, acotó.
Al responder una pregunta sobre el estado de los actuales nexos, sostuvo que “ha habido cambios en áreas que no dejan de ser importantes, pero no definitorias de la relación bilateral”.
Los avances -apuntó- se han dado en materia de los acuerdos migratorios, de aplicación y cumplimiento de la ley, en el combate al narcotráfico, a la trata de personas, incluso en el combate al terrorismo; hemos tenido talleres, más intercambio en materia de arte y cultura, académica, ciencia y tecnología, así como en salud.
Todo lo anterior “tiene importancia, tiene cierto peso, pero no son los factores que tienen una incidencia constante y diaria en la vida del ciudadano común”, insistió.
Los factores definitorios -ratificó Fernández de Cossío- son “el bloqueo económico y sobre todo el bloqueo económico reforzado a partir de las medidas implementadas por el gobierno de Donald Trump y que el de Biden aplica con absoluta lealtad”.
El vicecanciller enumeró a su vez “las campañas de desinformación y descrédito contra Cuba, y de difusión y falsedades con respecto a nuestro país y las decenas de millones de dólares que el Congreso de los Estados Unidos aprueba para subvertir el orden y desestabilizar la seguridad ciudadana y la estabilidad política y social en Cuba”.
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