Según fuentes de las RSF, la acción constituye una respuesta a las acciones del jefe del Ejército, Abdelfatá al Burhan, quien abandonó el cuartel general de las Fuerzas Armadas en Jartum el mes pasado, para dirigir desde la ciudad de Port Sudán, donde se están efectuando actualmente las actividades gubernamentales.
Dagalo dijo que esta acción llevaría a la división de la nación, la pérdida de soberanía y prolongaría la guerra, luego de asegurar que las RSF controlan la mayoría del país y no permitirían la creación de una capital alternativa.
Sin embargo, las posibilidades de una salida diplomática al conflicto parecen cada vez más remotas a juzgar por la renuncia al cargo el pasado miércoles de Volker Perthes, enviado especial para Sudán del Secretario General de la ONU.
Perthes se vio obligado a realizar sus gestiones fuera de Sudán desde que al Burhan pidió que fuera sustituido en sus funciones.
La guerra civil sudanesa registra un saldo de siete mil 500 muertos, con un número superior de heridos y más de cinco millones de desarraigados de sus hogares y refugiados en zonas más seguras y en países vecinos.
Los enfrentamientos en Sudán estallaron el pasado 15 de abril por contradicciones en medio de un proceso de integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, vicepresidente del Consejo Soberano de Transición (CST), al seno de las Fuerzas Armadas, y el jefe del Ejército y presidente del CST, Abdelfatá al Burhan.
Ambos con grado de general, se disputan el control del país después del derrocamiento en 2019 del presidente Omar al Bashir.
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