A propósito de la conmemoración del 50 aniversario de este acontecimiento en la nación sudamericana, el jefe de la diplomacia rusa dejó inaugurada en la sede de la Cancillería una exposición de documentos de archivo que demuestran los vínculos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) con el pueblo chileno.
“La crónica del golpe militar en Chile se ha extendido por todo el mundo. Los pueblos de nuestra generación recuerdan las escenas en las que el presidente Salvador Allende, con una ametralladora en sus manos, defendía a su país, a su nación y a quienes se encontraban con él en el palacio presidencial de La Moneda”, relató Lavrov.
Asimismo, destacó como tras los sucesos del 11 de septiembre de 1973 la sociedad soviética sintió «verdadera empatía por la suerte del pueblo chileno y el destino de la democracia chilena».
«Allende estaba obsesionado con la idea de justicia, pero quería llevar a cabo estas ideas a través de la democracia, a través de la organización de la sociedad civil, una paz que no permitiera una guerra civil. Estas ideas no eran del gusto de los que todavía querían y quieren ver a América Latina como su patio trasero», manifestó.
El canciller denunció que los promotores de la Doctrina Monroe lanzaron un clásico escenario de revolución de color apoyándose en los radicales, con su financiamiento, suministro de armas e incitación al golpe. «Los resultados, desgraciadamente, los conocemos», lamentó.
«En el mundo moderno, los conflictos solo pueden evitarse sobre una base de igualdad, respeto mutuo y equilibrio de intereses», concluyó Lavrov.
Por su parte, el embajador de Chile en Rusia, Eduardo Escobar, resaltó «la solidaridad expresada por la entonces Unión Soviética y su pueblo» tras el golpe de Estado. Al tiempo que recordó a los cientos de ciudadanos chilenos recibidos en el país euroasiático y «la URSS pasó a ser su segunda patria».
“Esta exhibición va en línea precisamente con uno de los elementos centrales que el Gobierno de Chile ha querido relevar para la ocasión, el encuentro con la memoria y a partir de sus lecciones, una invitación a imaginar futuros de mayor justicia y mejor democracia”, sentenció el jefe de la legación diplomática.
Escobar argumentó que la conmemoración es una ocasión para agradecer a todos quienes defendieron a los perseguidos y a la democracia y, así como, «una instancia para agradecer también a la solidaridad internacional».
Tras estos 50 años, aspiramos a que la mirada de los distintos fragmentos de respeto y tolerancia, de memoria y justicia, de reparación y no repetición, de encuentro y diálogo, converjan en una sola imagen el futuro, recalcó el diplomático chileno.
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