Me comprometo a ejercer el cargo con honor, lealtad, imparcialidad y conciencia, dijo Khan, de 51 años de edad, quien lamentó que el Tribunal tenga tan pocas condenas.
Experto en derecho internacional y antiguo subsecretario general de la Organización de Naciones Unidas, el tercero en el puesto prometió comunicarse con naciones que no son miembros de la entidad creada en 2002 para tratar de realizar juicios en los países donde se cometen delitos.
El TPI se creó por el Estatuto de Roma de 1998, al que no pertenecen Estados Unidos, Israel, Rusia y China.
Mi prioridad no es concentrarme tanto en dónde se celebran los juicios como asegurar que se lleven a cabo la búsqueda de rendiciones de cuentas y la erosión de la impunidad, expresó Khan tras jurar su cargo.
Además del conflicto en el Medio Oriente, el jefe del TPI deberá hacer frente a investigaciones sobre la lucha antidrogas en Filipinas y la violación de derechos humanos en Afganistán.
Khan defendió a varios acusados ante los tribunales internacionales, como el expresidente liberiano Charles Taylor y el vicepresidente keniano William Ruto. Los fiscales de la CPI desestimaron los cargos contra Ruto y el presidente Uhuru Kenyatta, acusados de estar implicados en la violencia poselectoral en su país. En su declaración de despedida, Bensouda aseguró que a lo largo de su mandato de nueve años adoptó sus decisiones ‘con cuidado, pero sin temor ni favor. Incluso ante la adversidad, incluso a un coste personal considerable’.
Khan se impuso en febrero pasado en la Asamblea de Estados Parte con 72 votos a favor tras una primera ronda al irlandés Fergal Gaynor y al español Carlos Castresana.
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