De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en 2001 cuando se realizó la última investigación poblacional, se registraba un promedio de cuatro integrantes por familia, es decir, las parejas tenían mínimo dos hijos.
Veinte años después, el número bajó a tres personas por familia, teniendo en cuenta que hay parejas que han decidido tener solo un hijo, reveló el estudio del INEC.
Lo que llama la atención, según los especialistas, es que los hogares no necesariamente están conformados por miembros en relación de parentesco, pero que residen en la misma vivienda, cocinan sus alimentos y comparten gastos. En este marco puede tratarse de los llamados roomies, personas que conviven con compañeros de estudio o trabajo.
El censo, llevado a cabo de 2022 a 2023, reveló que el porcentaje de mujeres cabezas de hogar también subió. En 2011, la cifra era del 25,4 por ciento y veinte años después alcanza el 38,5 por ciento, aunque los hombres se mantienen como representantes del hogar con el 61,5 por ciento.
A la reducción familiar en el país andino se suma la situación económica cada vez más complicada para criar a una familia numerosa, detalló el informe.
En este sentido, la defensora de derechos, Virginia Gómez de la Torre, calificó la situación como un escenario apocalíptico marcado por la violencia, la falta de oportunidades laborales, la crisis climática y la ansiedad.
Por ello, las nuevas generaciones ya no optan por formar una familia, dijo la activista al diario local El Telégrafo.
Tras múltiples tropiezos y retrasos, este jueves el INEC divulgó los resultados del censo que llegan 12 años después del último estudio de esas características.
Exdirectores y varios activistas sociales consideraron que los números que arrojó no son confiables y exigieron una auditoría a los resultados.
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