En un comunicado emitido por la Cancillería, el Ejecutivo bolivariano indicó que la convocatoria responde a la fracasada política injerencista de Estados Unidos, acompañada por autoridades de España, Canadá, la Unión Europea y agencias de la Organización de las Naciones Unidas.
Estos actores ‘exhiben una cínica lectura de la situación de las personas migrantes de origen venezolano’, al omitir las causas vinculadas a la imposición de medidas coercitivas, así como las manifestaciones de discriminación y explotación a las que son sometidas esas personas en las naciones de acogida, denunció Caracas.
Repudió el desarrollo de una burda operación de propaganda política antivenezolana, la cual ‘resulta además altamente rentable, a tenor de las propias declaraciones de los organizadores, que admiten haber recaudado hasta hoy la nada despreciable suma de dos mil 800 millones de dólares, de cuyo destino se sabe poco o nada’, alertó.
Venezuela rechazó la retórica empleada de calificar de refugiados a la totalidad de los migrantes venezolanos, y advirtió sobre el empleo de esta fachada para justificar ‘opacas operaciones financieras de supuesta salvación’.
El Gobierno bolivariano insistió en que los organizadores y participantes de la conferencia omiten cualquier referencia a las acciones de asfixia económica implementadas por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, las cuales ocasionan la crisis económica causante del fenómeno migratorio en el país sudamericano.
Por último, exigió a los gobiernos y organizaciones participantes en el evento cesar las agresiones económicas, políticas y comunicacionales contra Venezuela, y levantar el bloqueo económico, comercial y financiero contra la nación.
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