Según las estadísticas, los arrestos en la frontera en el noveno mes del año -la cifra más alta en lo que va de 2023- significaron un aumento con respecto a agosto, cuando ocurrieron 181 mil detenciones entre puertos de entrada.
Hasta ahora la cantidad récord es de diciembre de 2022 cuando la Patrulla Fronteriza interceptó a más de 222 mil migrantes irregulares.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) repatrió a más de 281 mil personas desde mayo, al tiempo que «amplió el procesamiento de refugiados y las opciones de reunificación familiar», expresó un portavoz.
Por su parte, en agosto el número de casos en tribunales migratorios llegó a 2.6 millones con la notificación de al menos 180 mil 65 nuevos casos de deportación.
“Se trata de un salto del 19 por ciento en solo un mes”, advirtió un informe del Transactional Records Access Clearinghouse, una organización que recolecta datos con base en la Universidad de Syracuse.
Ante la oleada migratoria, la administración Biden anunció el pasado 21 de septiembre que desplegaría 800 soldados adicionales para ayudar a frenar el arribo de indocumentados.
El Departamento de Defensa ya desplegó unos dos mil 500 miembros de la Guardia Nacional estatal para ayudar al DHS en la frontera sur.
La Casa Blanca dice que otros 24 mil agentes y oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza están desplegados en la frontera, junto con dos mil 600 oficiales no uniformados.
Los encuentros en la línea limítrofe disminuyeron en el mes de junio, tras la revocación del Título 42, la polémica política de la época de la pandemia de la Covid-19 que permitía la expulsión rápida de migrantes en la frontera, alegando problemas de salud.
El tema de la migración es parte de la agenda de campaña, sobre todo los republicanos que atacan Biden por sus políticas laxas en la frontera, alegan.
Para el mandatario demócrata son los republicanos los causantes de la crisis migratoria, porque «destriparon» el sistema durante la presidencia de su predecesor, Donald Trump.
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