La nota divulgada este miércoles por la agencia Azertac, señala que la declaración de la canciller gala, Catherine Colonna, de que los residentes armenios «que abandonan voluntariamente la región» han sido desplazados por la fuerza carece de fundamento.
Esta declaración «contradice la posición de las Naciones Unidas, el Comité Internacional de la Cruz Roja, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y otras organizaciones internacionales, y su objetivo es confundir a la opinión pública mundial», subraya.
La víspera, Colonna afirmó en una reunión con su homólogo armenio, Ararat Mirzoyán, que París está listo para firmar un acuerdo de suministro de equipo militar a Ereván e indicó que Francia responderá con firmeza a los intentos de violar la integridad territorial de Armenia.
Armenia y Azerbaiyán libraron dos guerras por Nagorni Karabaj desde que ese territorio, de población mayoritariamente armenia, decidió separarse en 1988 de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
La primera, en 1992-1994, terminó con la victoria de los secesionistas; durante la segunda, en 2020, Bakú recuperó varios distritos y el dominio militar sobre el terreno.
El 19 de septiembre, Azerbaiyán lanzó «una operación antiterrorista» que derivó en el desarme y la autodisolución de las milicias karabajíes y, finalmente, en el anuncio de que la autoproclamada república de Nagorni Karabaj dejará de existir el 1 de enero de 2024.
La última espiral de violencia dejó 191 militares muertos y 511 heridos del lado azerbaiyano, alrededor de 130 y 350, respectivamente, del lado karabají. También perdieron la vida en los enfrentamientos seis miembros del contingente de paz ruso.
Desde el 24 de septiembre, más de 100 mil armenios de Nagorni Karabaj, de los 120 mil registrados en ese enclave, partieron a través del corredor de Lachín.
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