Las autoridades anunciaron que solo 60 mil peregrinos residentes en el reino y vacunados contra la Covid-19, tendrán derecho a participar en uno de los cinco mandamientos obligatorios del Corán.
La peregrinación se desarrollará desde mediados del próximo julio con un número mayor que la anterior edición, pero inferior a las tradicionales cifras del pasado.
En 2019, más de 2,5 millones de musulmanes de todo el mundo visitaron en una semana las ciudades sagradas de Medina y La Meca.
Los ingenios robotizados, cada uno cargado con tres estantes de botellas, evitarán -según anticipan las autoridades- contagios con el SARS-CoV-2, el patógeno transmisor de la mortal dolencia.
‘El objetivo es evitar contacto humano’, dijo Bader Al-Loqmani, uno de los gerentes del manantial sagrado de Zamzam que emerge en la gran mezquita de La Meca, donde está la piedra sagrada de la Kaaba, alrededor de la cual rezan los islámicos por el hajj.
Loqmani precisó que unos 20 robots pululan por las cercanías del sitio sagrado, a manera de apoyar los rituales de los visitantes.
Durante siglos, los peregrinos bebieron agua del manantial que en la percepción musulmana contiene atributos milagrosos.
Cada año se distribuyen cientos de miles de botellas del preciado líquido emanado de Zamzam, aunque en el venidero hajj la cifra debe ser menor por las restricciones causadas por la Covid-19.
msm/arc