El choque no se hizo esperar cuando entraron en acción Polonia y Hungría, dos gobiernos de ultraderecha opuestos radicalmente a flexibilizar medidas en torno a los inmigrantes, aunque en esencia la mandamás de la Unión Europea (UE), Ursula von der Leyen, quiso poner paños fríos.
Von del Leyen, pese a hablar después de un encendido discurso del primer ministro húngaro, Viktor Orban, se mostró optimista y calificó el acuerdo migratorio de la UE como un enorme éxito.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, consideró que la falta de consenso entre los 27 en materia de inmigración bloqueó la adopción de una declaración conjunta en la cimera en esta ciudad andaluza, pero le restó importancia porque «es posible avanzar con mayorías cualificadas» en esa cuestión.
La reunión nos ha permitido consolidar y felicitarnos del acuerdo alcanzado por los ministros del Interior, que nos permite tener un texto sobre el que organizar mejor la acogida y los procedimientos, expresó Macron.
Sin embargo, Orban fue tajante sobre lo lejos que están los gobiernos europeos de alcanzar un consenso, y advirtió que no firmará acuerdo en ningún momento a corto plazo.
El acuerdo sobre migración, desde el punto de vista político, es imposible. Ni hoy ni hablando de forma general por los próximos años, acotó.
A su turno, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, también fue vertical contra el arreglo propuesto por la UE, al reiterar que su gobierno quiere mantener fuera a los migrantes por motivos de seguridad.
Ante la ausencia del asunto en la declaración final sobre migración, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, publicó su texto sobre ese tema.
Otras cuestiones sí encontraron el espaldarazo de los 27, como la ampliación del bloque comunitario con la futura entrada de nuevos Estados miembros.
Una cosa debe quedar muy clara: Tenemos obligaciones internacionales que vamos a cumplir, las cumplimos en el pasado y lo hacemos ahora, pero nosotros como europeos decidiremos quién viene a Europa y bajo qué circunstancias y no las mafias ni traficantes, reiteró Von der Leyen para subrayar su postura.
A propósito del encuentro informal de este viernes de líderes de los 27, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, consideró que la UE debe ser creíble en el proceso de ampliación a otros países y para ello la concertación debe comenzar las conversaciones en torno a cómo reformarse en las citas cimeras a finales de este mes y en diciembre próximo en Bruselas.
Creo que es hora, ya es hora, de una conversación de la Unión Europea para decir: ¿qué tenemos que hacer? Lo que funciona actualmente para 27 no funcionará para 32, para 33 o 35. Tenemos que ser creíbles en este proceso, adelantó Metsola a su llegada a la cumbre en Granada.
‘Ayer nos reunimos con nuestros socios europeos, nuestros vecinos, con la idea de profundizar y ampliar la Unión Europea. Y eso significa que tenemos que reformarnos’, apuntó Metsola.
Los encuentros en Granada fueron auspiciados por España, en calidad de presidente de turno de la UE, con el objetivo de dar un impulso a las dinámicas del bloque comunitario y tratar de sumar a los demás países que integran el continente.
La característica de las deliberaciones es que abarcaron, además de los 27, a los otros 17 países del continente que en conjunto conforman esa Comunidad Política Europea.
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