Ludmila Álamo, vicejefa del Departamento Ideológico del Partido Comunista de Cuba, hizo un recuento del nacimiento, desarrollo, fortalecimiento y ahora resurrección, de la Doctrina Monroe en 1823, que cumple 200 años.
Desde entonces, dijo, América para los Americanos (estadounidenses) fue la filosofía para el saqueo y la dominación que esa doctrina ensambló con la de la fruta madura en el caso de Cuba, es decir que cuando se desprendiera del colonialismo europeo caería por sí sola en sus manos.
Recordó que contra esas idea se alzaron las de Simón Bolívar primero y José Martí después, quienes advirtieron en sus épocas el peligro de la expansión hegemónica de Estados Unidos por las tierras americanas.
Ambos pensadores, dijo, vieron como nadie en las entrañas del monstruo el peligro tan grande para la independencia y la integridad territorial del continente, del que México fue una de sus más perjudicadas víctimas al arrebatarle en la guerra invasora de 1846-1848 más de la mitad de su territorio, sin el cual no tendrían el poder que ostentan ahora.
Describió cómo también bajo esa doctrina Monroe sucumbió la independencia de Panamá donde mantuvieron el dominio durante años del canal y su zona, y otras naciones agredidas bajo la misma divisa como República Dominicana, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Haití, con la ocupación de sus marines.
Denunció la enmienda Platt que eterniza la ocupación ilegal, arbitraria y contraria a la voluntad del pueblo cubano, del territorio que ocupa la base naval de Guantánamo y exigió su devolución.
Acercándose a la actualidad, denunció el sometimiento de la Organización de Estados Americanos (OEA) el cual se mantiene igual de denigrante como ocurrió con la expulsión de Cuba.
No obstante esas atrocidades y la doctrina Monroe, Cuba ha resistido y sigue defendiendo sus logros, su independencia, en las mismas narices del imperio, el desafío más contundente que jamás hayan enfrentado desde el sur protagonizado por una pequeña isla.
Y allí están Fidel Castro, Bolívar, Martí aun hoy librando grandes batallas con su pensamiento y fortaleza ideológica porque es también una guerra económica, política, ideológica y militar la que se nos hace.
Al tratar la actualidad nacional con la grave crisis económica que atraviesa Cuba, denunció que Washington la agrava conscientemente al intensificar el bloqueo económico, comercial y financiero, incluso en momentos de la pandemia de Covid-19 pero han demostrado su incapacidad para quebrar fuerza de la verdad.
Cuba continúa su obra revolucionaria con justicia social y la construcción de su sistema socialista sin abandonar sus principios de solidaridad e internacionalismo.
Consideró que Estados Unidos está en una crisis sistémica y reacciona con violencia ante esa pérdida de capacidad para mantener su modelo económico, y eso abre una oportunidad a las fuerzas de izquierda para relanzar los esfuerzos de integración y unidad, única forma de ser independientes y soberanos.
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