El acto en Barcelona fue, sobre todo, una reivindicación del conservador Partido Popular (PP) y su líder, Alberto Núñez Feijóo, quien acaba de perder su intento de investidura presidencial en el Congreso de Diputados en dos votaciones fallidas.
Como quiera que la posibilidad, desde un inicio, de que salga un gobierno tras las elecciones generales de julio pasa por los independentistas de Cataluña, el enfoque del PP es minar a toda costa otro ejecutivo que encabezaría el actual ocupante en funciones del Palacio de la Moncloa.
Arropado también por la extrema derecha de Vox y otras formaciones menores de línea conservadora, se escucharon en Barcelona consignas contra Sánchez y todo el abanico de izquierdas que lo respalda.
Los gritos de ‘No a la amnistía’ y ‘Puigdemont a prisión’, dominaron la manifestación, con encendidas declaraciones de Feijóo y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, especialmente.
Carles Puigdemont es la figura clave de Junts por Cataluña, pero se encuentra prófugo de la justicia desde que pretendiera forzar la independencia y secesión de esta comunidad autónoma en 2017.
Sin embargo, Junts puede ser la llave de una eventual reelección de Sánchez, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), aunque con la concesión de la amnistía para los condenados por el denominado procés.
La protesta de este domingo llevaba por lema ‘No en mi nombre: ni amnistía, ni autodeterminación’, y fue en realidad convocada por la plataforma anti-independentista Sociedad Civil Catalana, aunque con todo el espaldarazo de la derecha.
Tras no lograr Feijóo el apoyo del Parlamento, el rey de España Felipe VI le encargó a Sánchez que sea ahora candidato a la investidura.
Pese a terminar segundo en las legislativas del 23 de julio por detrás del Partido Popular, Sánchez, en el poder desde 2018, cuenta ya con el apoyo de la izquierda.
El político socialista deberá ahora acelerar un proceso de negociaciones, que puede ser extenso, para lograr pactos que le permitan someterse a las rondas de investidura en el Congreso de Diputados antes del plazo de vencimiento, 27 de noviembre.
Necesita, para conservar su puesto en el Palacio de la Moncloa, lograr mayoría absoluta (176 escaños) o, en segunda votación, mayoría simple (síes y noes), guarismos difíciles dada la polarización con la derecha y la extrema derecha.
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