En el documento «Salud mental, derechos humanos y legislación: orientaciones y prácticas», elaborado conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se destaca que las prácticas negativas en este tema son muy frecuentes.
Los expertos señalan que muchos servicios de salud mental en el mundo continúan recurriendo a la hospitalización y el tratamiento sin consentimiento, condiciones de vida insalubres, la violencia física y el maltrato psicológico.
En opinión del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, estas nuevas orientaciones ayudarán a los países a introducir los cambios necesarios para prestar una atención de salud mental de calidad que garanticen la cura y el respeto a la dignidad de
las personas.
Para ello, prevén capacitar a los individuos con vistas a que lleven una vida plena y saludable en su entorno social.
Entre las recomendaciones está incorporar en la atención de salud mental un enfoque comunitario basado en los derechos, que incluya una legislación que sustituya progresivamente las instituciones psiquiátricas por sistemas de apoyo comunitario y servicios integradores, mediante subsidios, ayudas a la vivienda y redes de apoyo entre iguales.
También poner fin a las prácticas coercitivas, como el internamiento sin consentimiento, el tratamiento forzoso, la reclusión y la contención, para respetar el derecho de todas las personas a decidir la atención que van a recibir y tomar sus propias decisiones sobre el tratamiento.
De ahí que propongan una legislación que impida la coacción en los servicios de salud mental y consagre el consentimiento libre e informado como base de todas las intervenciones en esta esfera.
Además, en ellas se aconseja cómo tratar los casos más complejos y difíciles mediante legislación y políticas, sin tener que recurrir a prácticas coercitivas.
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