El análisis de los datos aún se encuentra en sus primeras etapas, afirmó el funcionario, al añadir que la atención principal ahora se centra en el examen técnico del lugar del incidente.
Sin embargo, ya se puede afirmar que en el fondo del mar, en la zona donde se rompió el gasoducto, se detectaron huellas externas, citó a Simola la emisora pública finlandesa YLE.
Aclaró que la policía criminal finlandesa lleva a cabo una investigación junto con colegas de Estonia, donde las fuerzas del orden también recopilan información de socios nacionales e internacionales.
Recientemente, las autoridades estonias indicaron que la fuga de gas en el gasoducto Balticconnector se produjo como resultado de un impacto mecánico y no de una explosión.
Al mismo tiempo, los sismólogos noruegos sostuvieron el martes pasado que habían detectado una probable explosión cerca del objeto.
El 8 de octubre la presión en el gasoducto cayó inusualmente.
Gasgrid Finland y el operador estonio del sistema de transporte de gas Elering sospecharon que había una fuga en la tubería, que luego fue detenida.
El producto fue redirigido a la terminal flotante de GNL en el puerto de Inkoo y las válvulas en la sección costa afuera del gasoducto se cerraron en ambos lados.
Según Gasgrid Finland, las reparaciones del gasoducto submarino podrían tardar varios meses, pues se necesitarán varios días para preparar el equipo para la inspección de esta.
Por su parte, el presidente finlandés, Sauli Niiniste, citó influencias externas como la causa probable del incidente.
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