En el caso de esa última nación, la cancelación de los sufragios se debe al conflicto bélico que impide garantizar la seguridad, tanto de los 293 ecuatorianos empadronados, como de los funcionarios de la sede diplomática, indicó el CNE en una nota de prensa.
La votación tampoco se ejecutará en Rusia, que tiene 411 electores inscritos, ni tampoco en Belarús, donde residen 34 ciudadanos, debido a que como consecuencia de las restricciones en las conexiones aéreas hacia esos dos Estados no llegaron a tiempo los paquetes con las papeletas y otros documentos.
Por su parte, la ruptura de relaciones diplomáticas entre Managua y Quito impidió la organización del proceso para los ecuatorianos en Nicaragua (Managua), justificó el CNE.
Excepto en esas naciones, en el resto de las circunscripciones del exterior los más de 400 mil ecuatorianos empadronados podrán sufragar presencialmente el próximo domingo luego de que en la primera vuelta, el pasado 20 de agosto, fallara el sistema de votación telemática.
En esta oportunidad votarán para elegir al presidente de la República entre Luisa González, de la Revolución Ciudadana, y Daniel Noboa, de la alianza Acción Democrática Nacional, y recibirán otras dos papeletas para escoger legisladores que representen a los migrantes y asambleístas nacionales.
La víspera comenzó en el territorio nacional la votación anticipada para reclusos sin sentencia firme, y este viernes, mientras rige el silencio electoral, ejercieron su derecho al voto ancianos y personas con discapacidad física, a quienes se les llevaron las papeletas a sus hogares.
Noboa y González se enfrentarán en un balotaje sobre el cual, hasta ahora, los expertos no se atreven a vaticinar un claro ganador.
Para la socióloga y comunicadora, Irene León, el momento electoral se presenta como un camino sin retorno, pues están en juego los compromisos geopolíticos, socioeconómicos y estratégicos que forman parte de la agenda neoliberal, frente a la cual Revolución Ciudadana antepone un proyecto de soberanía y bien común.
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