Ninguna fuente castrense precisó el número de efectivos lesionados en la acción, cuya autoría apunta a grupos fundamentalistas.
El ataque ocurrió días después de que las tropas galas capturaran a un alto comandante del Estado Islámico en el Gran Sahara (EIGS), Dadi Ould Chouaib, también conocido como Abou Dardar, según informaron portavoces de la operación.
Al jefe integrista le arrestaron el 11 de junio en la región de la llamada ‘triple frontera’ entre Níger, Mali y Burkina Faso, lugar de frecuentes ataques de grupos extremista de desvirtuada confesión islámica.
Testigos ampliaron que tras la detonación del coche bomba vieron helicópteros militares sobrevolar la zona.
Desde 2012, cuando soldados amotinados derrocaron al entonces presidente Amadou Toumani Touré, Malí sufre una crisis en su región septentrional y la cual reforzó la insurgencia extremista a la que enfrentaron tropas franco-africanas.
Las ofensivas conjuntas de la operación Serval –predecesora de la Barkhane- dispersaron a los extremistas en 2013, pero no erradicaron a todos sus destacamentos, aún activos tanto en el norte como en la franja central maliense.
A criterio de expertos, los yihadistas se reagruparon rápidamente en el desierto y comenzaron a atacar con frecuencia al ejército de Malí y sus aliados, agresiones asociadas a esta altura con Al Qaeda y al Estado Islámico.
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