Durante un encuentro aquí con la enviada de Noruega para el proceso de paz en Oriente Medio, Hilda Haraldstad, el jefe de Gobierno destacó también la urgencia de restablecer los servicios de electricidad y agua al enclave costero, detenidos por la vecina nación como parte de su estrategia de bloqueo total.
Shtayyeh advirtió sobre la necesidad de enviar combustible a ese enclave para reiniciar el funcionamiento de las plantas de tratamiento de agua y desalinizadoras con el fin de aliviar el desastre humanitario que sufre la población.
En medio de este panorama, reiteró su llamado a ejercer presión sobre Israel para que detenga sus bombardeos contra la zona, donde viven 2,3 millones de palestinos.
Es necesario crear las condiciones políticas para retomar el diálogo basado en las normas internacionales para finalizar la ocupación y establecer un Estado palestino con Jerusalén Este como capital, subrayó.
Shtayyeh rechazó los intentos israelíes de desplazar al pueblo palestino del norte de la Franja de Gaza hacia el sur, o expulsarlo de ese enclave costero.
El primer ministro palestino acusó ayer a ese país de cometer genocidio e impulsar una limpieza étnica con sus bombardeos.
Al intervenir en la reunión semanal del Gabinete, efectuada en esta ciudad, el funcionario denunció que entre las víctimas mortales en Gaza se cuentan 800 menores de edad y 500 mujeres.
Cada una de esas personas tenía una historia y una vida, no son “animales humanos”, subrayó, en alusión a la frase utilizada por el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant.
Nuestro pueblo no abandonará su tierra ni emigrará de ella, por muy duros que sean los sacrificios, los enfrentaremos, afirmó el político.
El mundo debe detener la agresión y brindar protección a los civiles y sus hogares e impedir su desplazamiento, reiteró el dirigente palestino.
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