En la misiva, la Asociación Martiana de Cubanos Residentes en Panamá (Amcrp) centraron su pedido en que las ‘medidas de presión’ perjudican, además, a los antillanos que residen en el exterior.
En el documento, expusieron ejemplos como la imposibilidad de ‘mecanismos bancarios y financieros ágiles y seguros’ para envíos de remesas a la Isla y flujos financieros del comercio con empresas cubanas, y confirmaron la negativa de los bancos panameños a realizar trasferencias a Cuba, como parte de la aplicación extraterritorial de leyes de Estados Unidos.
Denunciaron que los nacionales residentes en el país antillano tienen que hacer trámites consulares en embajadas estadounidenses en terceros países, con el encarecimiento de los gastos personales por esas gestiones, además que le prohiben el uso de entidades de mensajería de probada eficacia.
Otros aspectos abordados por el documento son la limitación del uso de tarjetas de crédito para quienes viajan a territorio cubano y los múltiples obstáculos para el funcionamiento de emprendedores privados y miembros de la sociedad civil de aquel país.
‘La nueva administración estadounidense tiene posibilidades reales de cambiar este estado de cosas (…) una promesa de campaña’, refirió el texto que solicitó a los diplomáticos trasladar estos argumentos al gobierno estadounidense y la petición de retomar el camino de la normalización de relaciones entre ambos países.
En un resumen de la solicitud, la Amcrp pidió abrir los consulados, restablecer el envío de remesas, reactivar el programa de reunificación familiar y permitir que los bancos realicen transacciones financieras con sus homólogos de la isla.
‘No será el odio ni las medidas de presión lo que solucionen los conflictos entre ambos países, ni favorecerán los cambios que se pretenden para una Cuba más próspera: solo tendiendo Puentes de Amor será posible’, según la carta dirigida a Steward Tuttle, encargado de negocios de Estados Unidos en Panamá.
Esta acción de los residentes en Panamá la antecedieron caravanas de autos que recorrieron en ocasiones la capital istmeña con la exigencia del fin del bloqueo comercial, financiero y económica a Cuba, cuyo rechazo mundial se espera sentir nuevamente el próximo miércoles en la Asamblea General de Naciones Unidas.
La administración anterior, encabezada por el republicano Donald Trump, aprovechó el fuerte impacto sobre la isla de la crisis económica mundial generada por la pandemia de Covid-19 y aplicó más de 240 restricciones encaminadas a provocar el colapso total del país, que afectaron directamente a las familias.
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