El Presupuesto del Estado vuelve a dividir opiniones y desencadena estrategias de ambos bandos, en una fórmula ya habitual consistente en la activación por el Gobierno del recurso que permite eludir el voto parlamentario para adoptar textos parciales o finales y la presentación en respuesta de mociones de censura que buscan derribar al Ejecutivo.
Con el nuevo 49.3 desenfundado el miércoles por la primera ministra Élisabeth Borne para pasar la partida de Ingresos, suman 13 las veces en las que ha acudido al mismo escenario, consecuencia de la pérdida de la mayoría absoluta del oficialismo y sus aliados en la Asamblea, tras las elecciones legislativas del año pasado.
Las reacciones no se hicieron esperar en el Hemiciclo, con el anuncio de sendas mociones de censura por La Francia Insumisa (LFI) y la fuerza de extrema derecha Agrupación Nacional (RN), dos de las más poderosas en el Palacio Borbón, aunque con opciones casi nulas de éxito, ya que los conservadores del partido Los Republicanos no suelen acompañarlas.
En total, una quincena de intentos de hacer caer a Borne fracasó en el último año, y todo parece indicar que los dos nuevos correrán igual suerte en las próximas horas.
La primera ministra acusó a la oposición de rechazar la mano tendida y acudió al esperado argumento de la responsabilidad gubernamental de no privar a Francia del presupuesto.
“El asunto es claro, ningún grupo opositor está dispuesto a votar el proyecto de Ley de Finanzas que nuestro país necesita. Como cada vez que sea necesario, actuaré en consecuencia y en el interés nacional (…)”, afirmó el miércoles.
Las críticas en respuesta fueron igualmente las recurrentes, la denuncia de que el Ejecutivo evita el debate democrático e impone su voluntad.
Tanto el diputado de LFI Eric Coquerel (presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional) como su colega de RN Marine Le Pen, la líder de la extrema derecha y excandidata presidencial, fustigaron la falta de respeto al debate y el uso de la fuerza para imponerse.
La aplicación del artículo 49.3 marginó las cerca de cinco mil enmiendas presentadas desde la oposición al proyecto, dejando al Gobierno la decisión de qué propuestas considerar en el texto final.
Sobre la mesa estaban 16 mil millones de euros de ahorros y fondos para la transición energética, en medio de reclamos de un mayor apoyo a la población frente a una inflación que sigue galopante en suelo galo, donde su variación interanual cerró septiembre en un 4,9 por ciento.
Expertos y la prensa prevén que el polémico artículo de la Constitución será nuevamente activado en los próximos días y semanas por Borne, en el contexto de los análisis del presupuesto para el 2024.
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