El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados condenó en un comunicado “la devastadora guerra de ocupación en la Franja de Gaza”, iniciada hace 18 días tras un ataque contra Israel del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
La Cancillería denunció el asesinato de miles de civiles y la destrucción de ese enclave costero, donde fueron atacadas viviendas, hospitales, escuelas y sitios religiosos.
Israel convirtió a Gaza en una tierra arrasada en la que la vida es imposible, todo ello con el fin de privar a los ciudadanos de sus derechos y necesidades humanas más básicas, en un intento por expulsarlos de allí, afirmó.
Asimismo, alertó sobre la escalada de violencia iniciada por las fuerzas de seguridad y los colonos israelíes en Cisjordania, que incluye una campaña de arrestos, incursiones e intimidación de civiles.
Al respecto, señaló que el gobierno ultraderechista de Benjamin Netanyahu dio “rienda suelta a los colonos para que ejecuten ataques contra los ciudadanos, sus hogares, instalaciones y vehículos”.
Queda claro que Netanyahu y su consejo de guerra actúan como si hubieran obtenido una licencia abierta para continuar bombardeando, destruir y matar, subrayó el Ministerio.
Esta luz verde fue convertida por el Ejército y los colonos “en instrucciones explícitas que facilitan disparar contra cualquier ciudadano con el objetivo de matarlo”, alertó.
La Cancillería aseguró que el pueblo palestino continuará su lucha contra la ocupación y nunca abandonará sus tierras, pese a la agresión.
La institución acusó a Israel de ignorar la dimensión política del conflicto y la solución de la cuestión palestina por medios políticos para reemplazar en su lugar por “la arrogancia de la guerra y la fuerza”, aunque aseguró que esta estrategia está condenada al fracaso.
Sin mencionar nombres, pero en clara alusión a Estados Unidos, llamó a los países que apoyan la visión militarista de Israel a revisar sus posturas.
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