En lo que puede llamarse un empate total, apenas nueve décimas de punto porcentual, Weah debe acudir a otra segunda vuelta el 14 de noviembre próximo, pero bajo la densa bruma que tienden sobre su ejecutoria alegaciones de faltar a sus promesas electorales.
El aspirante a la reelección dijo a los votantes que combatiría la pobreza y desarrollaría la infraestructura del país para convertirlo en un Estado de ingresos medios, ninguna de las cuales es realidad seis años después.
Todo apuntan a que la clave del éxito radica en las alianzas que anuden los contendientes pues la ventaja de Weah, la admiración por sus éxitos como futbolista, incluido ser el único africano con el Balón de Oro, fueron insuficientes para darle la victoria en primera vuelta.
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