A través de un vídeo difundido en Telegram, Hizbulah enfatizó que tales posiciones no son defensivas como afirma Tel Aviv, sino más bien constituyen una agresión contra Líbano, no menos peligrosa que un ataque militar, de artillería o con misil.
En casi cuatro minutos de duración, la Resistencia precisó que los puntos israelíes representan una base para el espionaje, la piratería y la invasión que va mucho más allá de las fronteras libanesas y penetra la privacidad de los ciudadanos en todas partes sin excepción.
A lo largo de 79 kilómetros de línea divisoria, Israel instaló 42 puntos con funciones de inteligencia multidisciplinaria desde Ras Naqoura hasta las granjas libanesas ocupadas de Shebaa.
De acuerdo con el material, en términos de guerra electrónica, los sitios israelíes incluyen sistemas para detectar e interferir drones y aerodeslizadores, y también están equipados con dispositivos para interceptar la navegación y las comunicaciones en general.
A nivel de montaje militar, poseen las últimas cámaras de vigilancia y seguimiento térmico diurno y nocturno, diversos tipos de radares, sistemas integrados de vigilancia y seguimiento marítimo, reveló.
En el orden de inteligencia de comunicaciones, las posiciones contienen dispositivos de orientación o radiogoniometría conocidos como “DF”.
Según los datos compartidos por Hizbulah, los sitios israelíes incluyen sistemas técnicos cuya función es espiar el interior del Líbano penetrando en las redes de comunicaciones celulares y terrestres, además de servidores de Internet.
En la explicación, la Resistencia libanesa puntualizó que estos sitios están apoyados por el enemigo con redes de enlace y salas de mando que le permiten el control de forma remota.
Su extensión y ubicación geográfica le dieron superioridad en inteligencia, ya que su cobertura no se limitó a la zona fronteriza adyacente, al extenderse hacia el norte de Líbano, la costa de Siria y, en algunos casos, hasta la frontera de Türkiye.
Al darse cuenta del peligro de estas funciones, la Resistencia decidió volar los medios electrónicos y de inteligencia de estos sitios, y en cuestión de horas los combatientes les infligieron graves daños, dejando algunos de ellos fuera de servicio.
Como resultado de estas operaciones de Hizbulah, las fuerzas de Tel Aviv quedaron cegadas por una parte esencial del trabajo de vigilancia visual y radar a corto y largo plazo.
Los ataques cortaron la conexión con los dispositivos técnicos de espionaje que Israel colocó en más de una región libanesa y deshabilitaron las capacidades relacionadas con la interferencia, la comunicación con agentes y la penetración y el espionaje de las comunicaciones.
A criterio de analistas militares, las operaciones de la Resistencia libanesa constituyeron una traducción práctica de la estrategia defensiva con su dimensión de contrainteligencia para disuadir a Israel y defender la soberanía de la nación.
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