Según fuentes sanitarias palestinas, en esta jornada los bombardeos estuvieron dirigidos contra el complejo hospitalario Nasser en la ciudad de Gaza, y zonas aledañas a los centros de salud Kamal Adwan y Al Quds, dejando decenas de muertos y heridos.
También, el campo de refugiados Shati, que alberga a miles de personas desde la guerra de 1948, fue objeto de intensos bombardeos por aire y tierra en los dos últimos días, reportaron testigos presenciales.
Al sur de Gaza, donde se pide a los palestinos que busquen refugio, un ataque aéreo israelí destruyó varias viviendas este martes en la localidad de Jan Yunis.
En tanto, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu,
amenazó con una ocupación militar indefinida en ese territorio, aludiendo a una responsabilidad general sobre la seguridad del enclave palestino, después que finalice su guerra con Hamás, lo que fue calificado por especialistas como el indicio más claro de que planea mantener el control sobre esta zona costera.
Asimismo, el jefe de gobierno sionista descartó cualquier alto el fuego general si no se produce una liberación total de los rehenes en manos de las milicias de Hamas.
Las tropas invasoras israelíes lograron ya dividir el territorio del enclave por la mitad y rodear la Ciudad de Gaza.
Según los reportes del ministerio de Salud en Gaza, los ataques aéreos israelíes arrasaron ya cuadras enteras en todo el territorio y alrededor del 70 por ciento de la población abandonó sus hogares.
En tanto, la cifra de muertos palestinos reconocida supera las 10 mil personas incluyendo más de cuatro mil 100 niños, pero se calculan en más de dos mil 300 los desparecidos sepultados bajo los escombros de los edificios destruidos.
Aun así, cientos de miles de personas siguen en el norte del enclave, donde está el mayor peligro.
Por último, hoy se anunció la posible salida de más de 700 personas con pasaporte extranjero para abandonar Gaza a través del paso de Rafah, en la frontera con Egipto, cuya ciudad también fue objeto de un ataque israelí este martes que dejó unos 25 muertos, al alcanzar cinco viviendas.
mem/fvt