Así dijo en declaraciones exclusivas a Prensa Latina el representante permanente de Cuba ante Naciones Unidas, Pedro Luis Pedroso, con motivo de la aprobación una vez más en la Asamblea General de la resolución que pide el fin de ese cerco norteamericano.
Creo que uno de los ejemplos más recientes y hermosos de oposición a dicha política resulta la caravana Puentes de Amor, convocadas por cubanos residentes en la Florida, apuntó Pedroso vía correo electrónico.
Esa ciudad estadounidense de la cual han salido engendros contra el pueblo cubano, recordó el embajador, ve ahora a cientos de cubanos en caravanas de carros y bicicletas demandando el fin del bloqueo.
¿La razón? Pues porque ha quedado demostrado cuánto daña al pueblo cubano y cómo las medidas adoptadas por el expresidente Donald Trump separan a las familias, expresó.
Muchas personas conocen cuánto dolor causa en tiempos de pandemia de Covid-19 los cientos de restricciones que limitan el acceso a medicamentos, equipos médicos, alimentos y otros productos de primera necesidad, agregó Pedroso.
De hecho, continuó, la esfera de la salud es uno de las más duramente golpeadas en este período y esto se refleja en el desabastecimiento de productos imprescindibles.
La negativa de los proveedores a suministrar las mercancías acordadas, las demoras en el arribo de insumos y el incremento de los costos, dada la necesidad de recurrir a mercados lejanos e intermediarios, entre otras afectaciones, generan pérdidas en ese sector que ascienden a 198 millones 348 mil dólares en el período de abril a diciembre de 2020, expuso.
Esto, precisó el diplomático cubano, representa un incremento de 38 millones con respecto al período anterior.
También explicó que hay numerosas regulaciones, documentos y legislaciones que revelan los engranajes del cerco económico, comercial y financiero impuesto por Washington.
Mencionó el memorando de Lester Mallory, vicesecretario de Estado Asistente para los Asuntos Interamericanos, quien en abril de 1960 destacó el apoyo de los cubanos al líder Fidel Casto y señaló que el modo de restarle apoyo interno era ‘mediante el desencanto y la insatisfacción, que surjan del malestar económico y las dificultades materiales’.
Por ello, Mallory abogó por emplear todos los medios posibles para debilitar la vida económica de la isla, privarla de dinero y suministros, reducir sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno, indicó.
Asimismo, el representante cubano se refirió a las Regulaciones para el Control de Activos Cubanos del Departamento del Tesoro de 1963, que establecen numerosas restricciones y prohibiciones en áreas financieras y comerciales.
Por otra parte, resaltó, la Ley Helms-Burton codifica las disposiciones del bloqueo y amplía su alcance extraterritorial, con la imposición de sanciones a directivos de empresas extranjeras que realicen transacciones con propiedades estadounidenses nacionalizadas en Cuba y la posibilidad de presentar demandas en tribunales de Estados Unidos.
Este carácter extraterritorial fue denunciado por varios de los oradores que intervinieron el pasado 23 de junio cuando la Asamblea General analizó el proyecto de resolución »Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba’.
Una vez más, por vigésimo novena ocasión, el documento fue aprobado con el apoyo de 184 Estados miembros de la ONU, se registraron tres abstenciones y solo Estados Unidos e Israel votaron en contra y quedaron aislados en el foro multilateral.
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