Las declaraciones del mandatario se produjeron durante su visita a El Gran Oriente de Francia, la más antigua de las organizaciones de obediencia masónica, en un contexto marcado por las consecuencias de la escalada del conflicto palestino-israelí.
Sus palabras han sido asumidas como un mensaje a la ultraderecha, tras la decisión de las fuerzas políticas Agrupación Nacional, liderada por la diputada Marine Le Pen; y Reconquista, que encabeza el polemista Éric Zemmour, de sumarse a la marcha convocada para el próximo domingo contra las manifestaciones antisemitas.
Según el ministro del Interior, Gérald Darmanin, en suelo galo se han registrado más de un millar de acciones de ese tipo desde el 7 de octubre pasado, cuando Hamas atacó Israel y este respondió con indiscriminados bombardeos, un bloqueo total e incursiones terrestres en la Franja de Gaza.
“Tomarla con un judío será siempre atentar contra la República”, dijo Macron, quien no precisó si estará el domingo 122 en la movilización.
De acuerdo con el presidente francés, el Gobierno velará por el respeto a todas las confesiones y será intransigente con los promotores del discurso de odio.
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