La representación libanesa en el foro calificó de insoportable la pérdida de vidas humanas, incluyendo de niños, en ese territorio palestino y consideró inaceptable el sufrimiento infligido a la población civil.
Ante los crímenes en curso en Gaza, advirtió que la comunidad internacional no debe tener miedo a reconocerlos como un genocidio y no puede guardar silencio frente a los mismos.
Luchar por la paz es tener compromiso con la dignidad y combatir cualquier acto de violencia donde quiera que se produzca, subrayó el Líbano en esta capital, en el evento enmarcado en la 42 Conferencia General de la Unesco.
Por su parte, la delegación de Qatar exigió en el foro que dejen de destruirse los valores en los que cree la comunidad internacional, entre ellos la paz.
El emirato instó a la cooperación y la solidaridad para crear dos Estados, uno palestino y otro israelí, que vivan en paz uno al lado del otro.
También Turquía intervino a favor del cese de las hostilidades, tanto en Gaza como en Ucrania, afirmando que nada justifica la muerte de seres humanos.
Necesitamos paz para que pueda existir la educación por la paz, insistió.
A finales de octubre, la Unesco demandó el fin inmediato de los ataques contra escuelas en la Franja de Gaza, sometida a bombardeos sistemáticos israelíes desde el 7 de octubre, en represalia por la letal incursión de Hamas en su territorio.
En un comunicado, el ente multilateral expresó profunda preocupación por el impacto de las hostilidades sobre estudiantes y profesionales de la educación en la Franja, y advirtió entonces que más de 625 mil alumnos y 22 mil 500 maestros se encontraban en una situación de extrema vulnerabilidad.
Datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reflejaban el 27 de octubre que al menos 200 escuelas habían sufrido daños, alrededor del 40 por ciento de todas las de Gaza, de ellas unas 40 con afectaciones muy severas.
La Unesco recordó en su llamado la resolución 2601 adoptada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 2021, la cual «condena enérgicamente los ataques y las amenazas de ataques contra las escuelas y la población civil relacionada con las escuelas, incluidos los niños y los maestros».
El texto insta a todas las partes en los conflictos armados a poner inmediato fin a esas acciones, condena el uso de escuelas con fines militares y «reconoce que ese uso por parte de fuerzas y grupos armados puede convertir a las escuelas en blancos legítimos de ataques, poniendo en peligro la seguridad de los niños y el personal docente, así como la educación de los niños».
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