El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados alertó en un comunicado contra la “propaganda incendiaria practicadas a gran escala por el Estado ocupante para demonizar” a los palestinos.
En realidad, esta política comenzó hace más de 75 años para intentar borrar la presencia de nuestro pueblo en la región, subrayó.
Sin mencionar nombres, pero en clara referencia a Estados Unidos y a sus aliados, la cartera afirmó que Israel explota el apoyo de varios países influyentes en el mundo como tapadera para implementar estos planes y acelerar “el ritmo de su sangrienta guerra”.
Mientras practica genocidio y limpieza étnica contra los civiles en la Franja, el gobierno de Benjamin Netanyahu intensifica sus medidas criminales en Cisjordania, apuntó.
Allí impone una larga serie de castigos colectivos y acciones racistas que paralizan completamente la vida: desde detenciones en masa hasta limitar el movimiento de las personas, indicó.
La Cancillería afirmó que a esas prácticas se suman los asesinatos, asaltos a ciudades y aldeas, sabotajes, demoliciones de estructuras y expulsión de las personas de sus viviendas.
La devastadora agresión contra la Franja de Gaza coincide con otra silenciosa para profundizar el desplazamiento en Cisjordania con el objetivo de controlar más tierras, advirtió.
Ante esa situación, responsabilizó de las repercusiones de la actual ola de violencia a Netanyahu y sus socios en el poder, así como a los países que lo apoyan.
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