El periódico publica una entrevista con Gerardo Guillén y Miladys Limonta, directores de investigación biomédica y negocios del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB), respectivamente.
En Cuba no se han registrado muertes por Covid-19 desde hace año y medio, como resultado de las acciones que, a pesar del bloqueo económico, se han realizado para frenar la pandemia, entre éstas las vacunas cuya eficacia está demostrada contra el virus SARS-CoV2, incluidas las nuevas variantes.
La experiencia de los científicos de la isla en el desarrollo de Abdala, su primer biológico, es peculiar porque las diferentes etapas del ensayo clínico coincidieron con los periodos en que circulaban las variantes beta, delta y ómicron.
Así que en cada fase se comprobó la capacidad del producto para neutralizarlas, explicó Gerardo Guillén, director de Investigación Biomédica CIGB. Ambos estuvieron en México la semana pasada para participar en el Congreso Nacional e Internacional de Ciencias Farmacéuticas.
Limonta destacó que la OMS no rechazó en ningún momento la vacuna, como se pretende hacer creer por los enemigos de Cuba, sino que el proceso está pendiente. El CIGB está por presentar los documentos faltantes, pero ahora el organismo sanitario ya no tiene la necesidad ni urgencia de evaluar vacunas, y como Abdala, hay más de 30 biológicos en proceso de evaluación en el mundo.
Explicó que la isla decidió realizar investigaciones científicas propias, como se ha hecho por décadas, porque a causa del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, las compras y transacciones financieras son muy complicadas, en ocasiones imposibles de realizar. Estaba claro que a Cuba no llegarían las vacunas.
Para lograr el objetivo en el CIGB se suspendieron los 30 proyectos de investigación en curso y todos nos enfocamos en Covid-19. Los científicos plantearon 16 líneas de investigación, de las cuales progresaron dos: Abdala y Soberana.
Ambas vacunas están disponibles en Cuba y se aplican de manera indistinta, ahora como refuerzo a los niños a partir de dos años de edad, adultos mayores y personas que viven con enfermedades crónicas, y Abdala tiene una eficacia de 92,28 por ciento de capacidad para neutralizar la acción del coronavirus.
Guillén explicó que la plataforma tecnológica utilizada por el CIGB se conoce hace 30 años y con ella Cuba fabrica la vacuna contra hepatitis B, de la cual se han vendido cientos de millones de dosis en 50 países. Desde ahí está garantizada la seguridad de Abdala.
Todavía más, dijo, no requiere condiciones especiales de refrigeración, pues se conserva entre 2 y 8 grados centígrados y en la investigación se demostró que mantiene su estabilidad por un mes a 37 grados y por una semana a 45 grados.
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