Los participantes en el plantón, realizado este lunes frente al Palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, llevaban cornetas y carteles con los cuales reclamaban su presupuesto, incluso algunos decían que llevaban seis meses sin cobrar.
En particular, exigieron al Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) actuar de manera urgente frente a los retrasos en pagos y otros procesos.
Daniel Rueda, integrante de uno de esos colectivos, señaló que “es compleja” la situación, porque el Ministerio no desembolsó los recursos para atender a niños, adolescentes, personas con discapacidad y vulnerabilidad.
Ellos no son los únicos que demandan a Lasso y su equipo por los atrasos financieros.
La semana pasada, el Consejo Nacional Electoral (CNE) se sumó a las instituciones que reclaman el pago de deudas, en su caso valoradas en 3,5 millones de dólares, destinados a remunerar a los ciudadanos que participaron como autoridades electorales en los dos procesos de este año.
Por su parte, alcaldes, concejales y prefectos marcharon hace unos días en esta capital para demandar a Lasso las asignaciones pendientes para las administraciones locales.
Autoridades de las 24 provincias expresaron su preocupación por la falta de recursos económicos, lo cual conlleva a la paralización de obras públicas y limita la preparación para el fenómeno climático El Niño.
El mandatario electo Daniel Noboa reconoció que el país enfrenta una situación fiscal preocupante.
La exministra de Economía y Finanzas Wilma Salgado explicó en entrevista con la emisora local Radio Pichincha que en los últimos seis años la deuda pública se duplicó.
Detalló que, hasta mayo de 2017, a la salida del gobierno de Rafael Correa, la deuda se ubicó en 41 mil 893 millones de dólares, posteriormente, al término del periodo de Lenín Moreno, este rubro ascendió a 63 mil 70 millones de dólares y el 31 de agosto de 2023, con Guillermo Lasso, alcanzó los 75 mil 227 millones de dólares.
En resumen, aseveró que Lasso deja una deuda total de alrededor de 80 mil millones de dólares, “un país quebrado y la caja fiscal en soletas”.
npg/avr