A pesar de ser locales, los jugadores de la Roja se mantuvieron a la defensiva durante la mayor parte de la primera mitad, donde se lució el portero Brayan Cortés para evitar la perforación de su meta.
Las cosas cambiaron al minuto 43, cuando el paraguayo Robert Rojas fue expulsado por el árbitro argentino Fernando Rapallini, tras una dura entrada contra el local Gabriel Suazo.
En la segunda parte los guaraníes se replegaron para defender el empate y salvar al menos un punto, situación que dio un aparente dominio chileno sobre el terreno de juego que, sin embargo, no se tradujo en anotaciones.
La tónica fue la misma durante más de media hora, hasta que los visitantes se animaron a buscar la victoria y pusieron en aprietos en varias ocasiones a los defensores chilenos.
En uno de los últimos lances del choque Víctor Fernando Méndez se ganó la tarjeta roja tras propinar un duro golpe al paraguayo Álvaro Campuzano y ambos equipos terminaron con 10 hombres.
La igualada y la ineficacia de la escuadra chilena para sacar ventaja de su localía y de tener durante unos 40 minutos un jugador más, exasperaron al público al final del partido.
Con cánticos y gritos los asistentes al capitalino Estadio Monumental pidieron la salida del director técnico argentino, Eduardo Berizzo, cuyo destino está ahora en manos de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional.
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