El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados advirtió en un comunicado sobre las consecuencias de las acciones del Ejército en ese territorio, donde viven más de 2,3 millones de personas.
Los ataques israelíes tienen el objetivo de obligar a desplazarse a cientos de miles ciudadanos que se negaron a abandonar sus hogares para eliminar así cualquier presencia humana en el norte de la Franja, denunció.
Resaltó que allí no queda ningún lugar seguro donde esconderse de las bombas lanzadas por los aviones de guerra.
Los crímenes de genocidio son una política oficial israelí para lograr sus planes en la zona septentrional del territorio, incluido los ataques a hospitales, lugares de culto y escuelas, alertó.
La Cancillería volvió a criticar la ineficacia del Consejo de Seguridad de la ONU para detener la agresión.
Por el contrario, la tibia reacción global permitió a Israel aumentar sus crímenes contra civiles, e incluso a volverse más audaz en su estrategia genocida y de limpieza étnica, aseguró.
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