«Esto no causa más que un profundo pesar, porque desde hace mucho tiempo teníamos muy buenas relaciones con Finlandia, pragmáticas y basadas en el respeto mutuo. Por supuesto, lamentamos que estas relaciones hayan sido reemplazadas por una política extremadamente rusofóbica», indicó el vocero.
«Es poco probable que ahora podamos influir en esta situación, porque no hay diálogo como tal, no por culpa nuestra. En realidad, no fuimos nosotros los que iniciamos la interrupción del diálogo», añadió Peskov.
El 16 de noviembre, el Gobierno de Finlandia anunció que cerraría cuatro de los nueve puestos de control en la frontera con Rusia la media noche del viernes al sábado, con el alegado motivo del gran número de solicitantes de asilo en la frontera oriental.
La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, calificó como desinformación las afirmaciones de los medios finlandeses sobre que Moscú provoca deliberadamente una situación con refugiados, al dejar pasar a personas que salen de Rusia hacia Finlandia sin los documentos necesarios.
La diplomática subrayó que «tales afirmaciones carecen de todo fundamento», remarcó que la decisión de Finlandia de cerrar los pasos en su frontera con Rusia crea nuevas líneas divisorias en Europa y que la respuesta de Moscú a estas acciones se elaborará en un formato interdepartamental.
Como informó el periódico Iltalehti, las autoridades finlandesas tienen previsto cerrar todos los puntos de acceso en la frontera con Rusia en la noche del 21 de noviembre.
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