El foro reconoció la necesidad de un mayor apoyo financiero al sector, más allá de los fondos previstos por la Política Agraria Común, y remarcó la pertinencia de un enfoque integral para encarar los crecientes problemas de las zonas rurales.
Según el Consejo de Ministros, las actividades agrícolas constituyen un elemento cohesionador de las comunidades, pero es preciso favorecer el relevo generacional, la incorporación de la mujer y una mayor eficacia en el uso de la financiación para el desarrollo del sector.
El documento, aprobado en la reunión, propone establecer un instrumento de seguimiento para cuantificar la contribución de las políticas e instrumentos europeos a favor del tema en análisis.
A juicio de la fuente, las conclusiones del evento proporcionan orientación política a la Comisión Europea y a los Estados miembros con el fin de seguir fomentando la prosperidad, la resiliencia y el tejido social de las demarcaciones y las comunidades del campo.
Esto resulta especialmente importante teniendo en cuenta el contexto geopolítico actual, consideró la entidad, que también reconoció riesgos internos debido al envejecimiento de la fuerza laboral, el éxodo de las zonas agrícolas y el déficit de infraestructuras.
En términos de soluciones, los ministros subrayaron la necesidad de facilitar el acceso de los jóvenes y las mujeres al empleo de calidad, la financiación y la tierra.
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