Bajo el comando del recién electo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que extiende su mandato en el Palacio de la Moncloa, el gabinete destaca por la paridad de género, ya que está conformado por igual número de hombres y mujeres.
Para algunos observadores, esto refleja el compromiso del Ejecutivo con la igualdad de género y la representación equitativa en los cargos de poder.
Sin embargo, más allá de las críticas que continuarán por parte del conservador Partido Popular (PP) y su aliado, la ultraderecha de Vox, se genera un diferendo con el partido Podemos, hasta hace poco protagonista con tres ministerios en la coalición de izquierdas de España.
Podemos fue distanciándose de Sánchez a partir de discrepancias sobre las políticas económicas y sociales implementadas.
Aboga por medidas más progresistas y redistributivas, mientras que otros partidos de la coalición han preferido adoptar políticas más moderadas y centradas en la estabilidad económica.
La organización política no escondió su frustración por lo que considera una falta de influencia real en la toma de decisiones y en la implementación de políticas. Y sin cortapisas, la extitular de Igualdad, Irene Montero, dijo ayer que Podemos fue echado del Gobierno.
Argumentando que se lo relegó a un segundo plano y que no se les dio suficiente voz en cuestiones clave, Montero se refería al hecho de que también fueron sacados del Consejo de Ministros sus compañeros Ione Belarra, líder de Podemos, y Alberto Garzón.
Con cinco diputados en la Cámara Baja y no obstante mantenerse con el bloque de izquierdas, probablemente añada otro problema a los múltiples que enfrenta Sánchez en la nueva legislatura.
Acerca de la administración ya oficializada, sobresalen el Ministerio de Economía y Hacienda, responsable de la gestión económica del país, incluyendo temas como el presupuesto, impuestos y políticas fiscales; Justicia, protagonista en la futura ley de amnistía; y Sanidad.
Igualmente, el Ministerio de Energía y Medio Ambiente; Defensa, Interior, Educación y Exteriores.
El jefe del Ejecutivo mantuvo como vicepresidenta primera y ministra de Economía a Nadia Calviño, a la espera de su eventual elección para encabezar en enero el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
En el caso de Félix Bolaños, quien ya ocupaba la cartera de Presidencia y Relaciones con las Cortes, añade Justicia, lo que le ofrece un abanico de poder notable y hombre clave en la nueva administración.
Otro peso pesado es Yolanda Díaz, quien seguirá como vicepresidenta segunda y ministra del Trabajo, además de ser más que nunca la cara visible de las alianzas como líder del grupo Sumar.
El revés del PP en su intento de volver al Palacio de la Moncloa, debido a pactos que permitieron a Sánchez ganar la investidura presidencial en la Cámara Baja, exacerbó el ambiente.
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