El mandatario, que dejará el poder este jueves con alrededor del 12 por ciento de aprobación, expresó que ser el presidente de Ecuador ha sido el honor más grande de su vida.
En su alocución, hizo una especie de rendición de cuentas de su mandato y volvió a defender el decreto de muerte cruzada, con el cual disolvió la Asamblea Nacional (Parlamento) y adelantó las elecciones generales extraordinarias en medio de un juicio político en su contra.
El gobernante, que será relevado en el cargo mañana por Daniel Noboa, sostuvo que ahora es el momento de estar alertas de que esa decisión por la cual los ciudadanos votaron se respete.
En su intervención, también se refirió al asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio el pasado 9 de agosto, cuando salía de un acto de campaña en Quito, un hecho con el cual, según Lasso, “se silenció la voz de un demócrata dedicado a luchar contra la corrupción”.
Lasso deja la presidencia de Ecuador con la herencia de la mayor ola de inseguridad de la historia, una crisis energética y un déficit fiscal que hace imposible el pago de las cuentas públicas.
Está prevista su presencia mañana en la Asamblea Nacional, donde tendrá lugar la ceremonia de toma de posesión de Noboa, quien enfrentará esos y otros desafíos en un mandato de apenas un año y medio.
Una vez posesionado, el nuevo jefe de Estado emitirá un decreto de estado de excepción para tramitar de forma simultánea en el Legislativo dos proyectos económicos urgentes: la reforma tributaria y una disposición sobre la crisis energética.
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