Para tal propósito, prevén inocular a dos tercios de la población con la primera dosis para julio próximo, colocando a la inmunización como elemento clave para el paso a la nueva normalidad, en la cual esa enfermedad se reducirá al nivel de gripe y pocas personas serán gravemente afectadas cada año.
La iniciativa gubernamental establecerá no utilizar los test de diagnóstico para el confinamiento, sino para garantizar la seguridad de actividades sociales y reducir el riesgo de transmisión, precisó el diario The Straits Times.
En lugar de las pruebas de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), emplearán las de antígenos rápidas, incluidas las autopruebas, mientras la nación asiática continúa con el desarrollo de otros exámenes que tardarán solo unos minutos en obtener el resultado para aplicarlas en aeropuertos, oficinas, centros comerciales y escuelas.
Recientemente, los ministros singapurenses de Comercio e Industria, Gan Kim Yong; de Finanzas, Lawrence Wong, y de Sanidad, Ong Ye Kung, afirmaron que la nueva prioridad del Gobierno no será eliminar la Covid-19 por completo, sino aprender a vivir en medio de la enfermedad que con el transcurso del tiempo será endémica.
‘La evidencia preliminar sugiere que, con vacunación, podemos controlar la Covid-19’, enfatizaron las autoridades citadas en un comunicado, mientras apelaban a la responsabilidad ciudadana como aspecto fundamental para una sociedad segura.
De este modo, gracias a la vacunación, las pruebas, el tratamiento y la responsabilidad social, la respuesta a los nuevos casos del SARS-Cov-2 será diferente, concluyó el comunicado.
Aunque el programa nacional de vacunación contribuye a la disminución del contagio, Singapur espera en un futuro recurrir a fármacos de refuerzo, mientras desarrolla una estrategia multianual para la inmunización.
Desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020, el país asiático acumula 62 mil 544 casos positivos, 62 mil 195 pacientes recuperados y 36 fallecidos, según fuentes oficiales.
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