De acuerdo con los medios locales, la tranquilidad domina las localidades sureñas, los ciudadanos retornaron a sus poblados para inspeccionar sus hogares y tierras, y algunos de ellos comenzaron a trabajar.
La Agencia Nacional de Noticias indicó que los pueblos y ciudades del sur adyacentes a la Línea Azul en la frontera viven en una cautelosa calma desde el inicio del alto al fuego en Gaza.
A propósito, el Comando del Ejército llamó a los habitantes de las zonas fronterizas del sur a tomar la máxima precaución ante los restos de bombardeos, en especial municiones de fósforo y proyectiles sin detonar.
La institución llamó a no acercarse a ellos y presentarse en el centro de información militar más cercano, así como respetar las medidas preventivas difundidas por el ejército.
En este contexto, el canal panárabe Al Mayadeen informó que un misil de defensa aérea israelí explotó en el espacio de las aldeas fronterizas, seguido de un barrido con ametralladoras desde el sitio de Al-Malikiyah.
Por su parte, los medios israelíes reflejaron que las sirenas de alarma sonaron en varios asentamientos en la Alta Galilea, en medio del temor a la infiltración de drones.
El periódico hebreo Maariv divulgó que debido a la situación de seguridad, el gobierno israelí prorrogó esta semana por un mes más la operación de evacuación de decenas de miles de colonos en el norte, que viven a una distancia de hasta cinco kilómetros de la frontera con Líbano.
La propia publicación manifestó que el israelí que abandonó su hogar en el norte, a lo largo de la frontera con Líbano, no sabe cuándo podrá regresar.
Al respecto, precisó que la infiltración de drones y el lanzamiento de misiles antitanque por parte de Hizbulah a lo largo de la frontera provocaron pérdidas significativas.
La Resistencia libanesa dirigió sus acciones contra las posiciones militares israelíes a lo largo de la frontera y empleó misiles Burkan y cohetes Katyusha, en respuesta a la agresión a Gaza y los ataques a las aldeas del sur del país.
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