El mundo está unido en su apoyo a un alto el fuego permanente en el enclave costero porque ni la guerra actual ni las anteriores pusieron fin al derramamiento de sangre que afecta a los palestinos y a ese país desde 1948, señaló el rotativo en un editorial.
Sin embargo, subrayó, el actual gobierno israelí está integrado por ministros que pidieron abiertamente la destrucción de Gaza mediante un ataque nuclear, la deportación forzosa de palestinos a Egipto o la dispersión de ese pueblo por todo el mundo.
El ejecutivo de Benjamin Netanyahu debería ser consciente a estas alturas de que sólo la calma condujo al regreso de los prisioneros israelíes detenidos en Gaza y no la matanza indiscriminada de miles de palestinos, entre ellos seis mil menores y tres mil mujeres, afirmó en alusión a la tregua e intercambio de detenidos, iniciado el viernes.
“Los seis días relativamente tranquilos (….) convencieron a todas las partes interesadas, excepto a Israel, de que esta guerra de destrucción no puede reanudarse, ni siquiera a una escala limitada”, apuntó.
El rotativo criticó la ola de bombardeos contra ese enclave costero, que calificó de implacables, arbitrarios e imprudentes.
Cuando la tregua original entró en vigor, Netanyahu no había logrado ninguno de sus objetivos clave declarados: ni eliminar a Hamas ni liberar a uno solo de los más de 240 prisioneros detenidos en Gaza, recordó.
Al-Ahram Weekly destacó el rechazo de las autoridades de El Cairo a “todos los intentos de Israel de llevar a cabo un complot sionista histórico destinado a deportar por la fuerza a los palestinos de Gaza a Egipto, y a los que residen en Cisjordania y Jerusalén ocupada a Jordania”.
El horrible bombardeo de edificios, que arrasó con casi el 60 por ciento de las zonas residenciales del norte de Gaza, no sólo se consideró un intento de castigar a los palestinos y a Hamas, sino también de obligarlos a huir hacia el sur, afirmó.
La segunda etapa de la guerra, alertó, tiene como objetivo bombardear la zona meridional de la misma manera bárbara, para forzar a las personas a huir hacia Egipto.
La alternativa que este país impulsa es volver a lo básico: revivir las conversaciones de paz estancadas durante casi una década y alcanzar una solución permanente que garantice los derechos del pueblo palestino, incluido la creación de su Estado, resaltó.
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