El jefe de la diplomacia rusa fue enfático al referirse sobre la situación de las relaciones con Chisináu, durante su intervención en una reunión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Lavrov también señaló que la negativa a firmar el memorando de Kozak en 2003, que «podría haber resuelto de forma fiable la situación en Moldavia hace 20 años», fue uno de los intentos de perturbar la solución de los problemas urgentes en Europa en Principios de la OSCE.
«Y ahora están acabando con el formato 5+2, lo último que queda de los esfuerzos conjuntos para lograr un acuerdo en Transdniester», añadió.
Anteriormente, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso consideró la adhesión de Moldavia a las sanciones de la Unión Europea como un paso hostil.
jha/gfa