«Hacemos un llamamiento a las partes para que no recurran a nuevas acciones militares que sólo pueden empeorar la ya catastrófica situación humanitaria en Gaza y evitar más sufrimiento a los civiles», dijo en conferencia de prensa el portavoz del titular, Stéphane Dujarric.
El máximo responsable de la ONU urgió a las partes a encontrar una manera rápida de reanudar la tregua y facilitar la liberación de más rehenes desde la Franja.
La pausa humanitaria de siete días permitió un aumento importante en la entrega de suministros básicos a la zona asediada y a través de ella, con el apoyo de las Sociedades de la Media Luna Roja Egipcia y Palestina y de las agencias de la ONU.
Sin embargo, el nivel de ayuda sigue siendo completamente inadecuado para satisfacer las crecientes necesidades, recalcó el portavoz de Guterres.
Entre el 24 y el 29 de noviembre se distribuyeron 630 toneladas métricas de harina a unas 224 mil personas en el sur del enclave y un total de 63 mil mantas y colchones.
En esa etapa, además, el personal de la ONU consiguió proporcionar cuatro mil 850 toneladas métricas de alimentos, principalmente arroz, harina y productos enlatados; mil 700 toneladas métricas de otros suministros; y mil 110 toneladas métricas de agua embotellada.
También se entregaron 148 toneladas métricas de suministros médicos y 29 mil 500 litros de combustible a los refugios, hospitales y almacenes de la Agencia de la ONU para Refugiados Palestinos en el norte de la Franja, precisó Dujarric.
En las condiciones actuales, la regularidad o aumento de la entrega de suministros básicos al enclave y a través de este resulta incierta debido a la reanudación de las hostilidades, remarcó el portavoz.
El fin de la tregua, lamentó, hace que la distribución de bienes humanitarios sea mucho más difícil, no sólo para los trabajadores humanitarios, sino también para quienes reciben la ayuda.
«Debemos hacer que entre en Gaza al menos el mismo volumen de combustible y otros bienes humanitarios que entraba durante la pausa», dijo.
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