El encuentro de dos horas y media entre Sánchez y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, sirvió para confirmar que subsisten muchas diferencias, aunque se abrió la puerta para retomar las conversaciones en septiembre.
Si bien ambos dirigentes se habían visto las caras varias veces en los últimos días, la formalidad de la reunión en el Palacio de la Moncloa fue al menos una señal de que las partes están dispuestas a negociar.
Según fuentes políticas consultadas por Prensa Latina, Sánchez y Aragonés intercambiaron una semana después del polémico indulto concedido por la actual administración a nueve líderes independentistas en el llamado Procés.
El tema ha sido ampliamente criticado por la derecha, en el especial del Partido Popular (PP) que recurre a diversas acciones judiciales para impugnar el indulto, similar postura a la asumida por los ultraderechistas de Vox.
La ministra de Hacienda y vocera Gobierno, María Jesús Montero, negó que Sánchez haya tratara con Aragonés la amnistía o la autodeterminación, aunque admitió que está sobre la mesa profundizar en mayor autogobierno para Cataluña.
Montero hizo algunas precisiones en torno al contenido del encuentro. Sin embargo, Aragonés aseguró trató sobre la causa adelantada por el Tribunal de Cuentas, que hoy ha comunicado multas de 5,4 millones de euros a unos 40 exdirigente catalanes.
Además, el titular de la Generalitat subrayó que existen dos ámbitos diferentes en las pláticas, uno la mesa de diálogo para resolver el conflicto político, y el otro la comisión bilateral Estado-Generalitat en materias de gestión económica.
El punto más controversial expuesto fuera de bambalinas se refirió a la insistencia del Govern catalán de convoca a otro referéndum de independencia.
Iremos con toda la ambición y toda la determinación a defender un referéndum sobre la independencia de Cataluña (…) con toda la ambición a defender la autodeterminación y una amnistía, apuntó Aragonés.
ga/ft/cvl